domingo, 24 de junio de 2007

De Alejandría al CEAMSE

¿Es aún la internet una gran biblioteca a la que recurrimos cuando buscamos información sobre algún tema que desconocemos o sobre el que queremos profundizar?
La respuesta es relativa y temporal. Hace algunos años podríamos haber afirmado sin ninguna duda que sí, la internet es una biblioteca de consulta. Las consultas consistían en temáticas como ciencia, literatura, música, arte, información de los horarios del tren, etc. Ingresando a la página deseada se accedía a la información. Páginas en formato de libros, con fotos, videos y conexiones a otras con similar temática. Unos pocos tenían la posibilidad de crear páginas de Internet y muchos de acceder. Así, estar conectado significaba estar conectado a informaciones, datos. La red de la que se hablaba se refería a contenidos infinitos que se entrelazaban a escala mundial. Con el pasar de los años los usuarios comenzaron a compartir esas informaciones a través de programas como Napster (programa destinado al intercambio de música de usuario a usuario). Napster desarrolló un virus y este virus no tardó en propagarse contagiando a la mayoría de los cibernautas. Alguien me dirá que un virus se contrae contra la voluntad del infectado, que en este caso el contagio es voluntario y por lo tanto solo afecta a los que quieren participar. Pero no estoy de acuerdo, sin quererlo alguien ajeno también se ve afectado. La primer cuenta de mail que creé tuve que cerrarla ya que correos basura colmaban la capacidad de mensajes. Lo mismo sucedió cuando hace muchos años alguien me presentó a la Internet, me dijo que era como aquella Biblioteca de Alejandría que comprendía mas de 700.000 volúmenes. Era cierto. Al buscar información sobre El Guernica, cuadro de Pablo Picasso, las páginas exponían datos con fuentes, certezas, objetividad. Luego llegó el amanecer de Blogs y Foros. Hace algunos meses, volví a consultar a través de un buscador de Internet información sobre The Scream, cuadro de Edvard Munch. Como resultado obtuve cerca de 12.000 links de los cuales el 90% eran Blogs y Foros donde mencionaban a The Scream en forma ocasional o exponían ensayos bizarros sobre qué interpretaba el autor del Blogs acerca de aquél cuadro. Lejos de toda objetividad, certeza, fuente. No pude hacer otra cosa que desconectarme y consultar al diccionario Enciclopédico Salvat de mi biblioteca. Bienvenido a la Web 2.0.
Que cada computadora con Internet se haya convertido en una imprenta debe tener algo provechoso. Quién escribe estas modestas líneas aún no lo encuentra ¡Pero ojo, en los grandes basureros se consiguen cosas buenas!

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